EL MÉTODO ARQUEOLÓGICO.
LA EXPLORACIÓN DEL YACIMIENTO
- La fase de exploración es la fase de búsqueda del yacimiento . La mayoría de los yacimientos arqueológicos se encuentran enterrados bajo nuestros campos y ciudades. Muchos yacimientos se han encontrado de forma fortuita: un perro o un niño que entran en una gruta, las obras de construcción de una carretera, una vivienda o un ferrocarril (es el caso del yacimiento de Atapuerca , sierra de Burgos), o al arar la tierra de labranza.
- Otros hallazgos son fruto de una búsqueda sistemática en un territorio del que se piensa que estuvo poblado en la antigüedad y en este caso se llevan a cabo un conjunto de técnicas laboriosas, costosas y de una cierta complejidad, como son la exploración aérea o la exploración submarina, que utilizan diversos procedimientos.
LA EXCAVACIÓN DEL YACIMIENTO
Una vez que hemos descubierto la existencia de un yacimiento, el primer paso es limpiar cuidadosamente el terreno, para después proceder al inicio de la excavación .
La excavación es una técnica destructiva , de manera que el yacimiento sólo puede ser excavado una vez. Por tanto, los trabajos y las observaciones que se realicen deben ser tan minuciosos que permitan la reconstrucción, al menos teórica, del yacimiento.
- Se inicia la excavación, abriéndose zanjas en el terreno y cada zanja se divide, a nivel vertical, en pisos o estratos .
- A nivel horizontal la zona a excavar se divide en cuadrículas siguiendo unos ejes cartesianos, que permitirá la localización exacta de cualquier resto.
EL ANÁLISIS EN EL LABORATORIO
- Los restos hallados en un yacimiento se transportan cuidadosamente a un laboratorio donde serán analizados, clasificados o sometidos a pruebas. El arqueólogo en esta fase recurre a la colaboración de técnicos especialistas.
- Los restos arqueológicos se encuentran envueltos y recubiertos por depósitos o sedimentos , que son analizados. De este análisis se puede deducir el tipo de clima de la época. Así, los sedimentos gruesos (tamaño grano superior a 5 mm) corresponden a la acción del frío sobre las rocas, mientras que los de grano fino (tamaño inferior a 2 mm) corresponden a períodos de clima cálido y húmedo.
- Se analizan también los restos vegetales encontrados (maderas, cortezas, semillas, fragmentos de hoja), así como los pólenes. De este análisis se obtiene información sobre el paisaje vegetal y su evolución según las variaciones climáticas.
- Del análisis de los restos óseos animales , se obtiene información sobre las oscilaciones del clima y del medio vegetal. Podemos determinar si corresponden estos restos a los animales habitantes normales de una cueva o si se trata de residuos alimenticios, sobras procedentes de la caza, lo que nos hablará de la presencia del hombre.
- Finalmente, del análisis de los restos óseos humanos podremos determinar la especie de homínido que habitó aquellas tierras, y obtener más información sobre el origen y evolución del ser humano.
LA EXPOSICIÓN DE LOS RESULTADOS
- Una vez que el arqueólogo ha obtenido abundante información en las fases anteriores tiene que pensar para encajar todas las piezas. Para ello ordena la información, realiza un estudio crítico, elimina los datos contradictorios, resume las conclusiones y redacta un informe que recoja los resultados obtenidos.
- Dicho informe se podrá publicar en una revista o en un libro para dar a conocer los resultados de su investigación a la opinión pública o al resto de los científicos.
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